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Dependiendo del destino de la mudanza, el cambio de ubicación puede suponer un cambio de vida radical para los niños, sobre todo está el cambio de colegio, de amigos… lo que puede suponer un cambio muy importante. La mudanza es algo en lo que ellos normalmente no han participado ni han pedido, lo que añade cierta sensación de impotencia ante lo que se les avecina.
Desde este articulo vamos a recomendar una serie de pautas para que las mudanzas afecten lo menos posible a los más pequeños de la casa. Veremos que, a la larga, incluso es beneficioso para ellos.
¿Que sienten los niños en las mudanzas?
Normalmente, se sienten desplazados. En una mudanza no se suele contar con ellos para tomar la decisión de mudarse ni se les cuentan los detalles. El día de la mudanza, ellos no suelen estar presentes, por lo que rara vez participan; por otro lado, si están presentes, verán cómo todos sus juguetes y pertenencias se guardan en cajas para ir a no se sabe dónde. Pueden sentir incertidumbre. Cambiarse a un sitio nuevo, del que pueda que no tengan mucha información, es un gran cambio. No saben nada del entorno, del nuevo colegio, nuevos compañeros, vecinos y otros detalles que les pueden inquietar.
Dicen adios a sus amigos. Se despiden de sus compañeros de clase, los amigos, los vecinos, el grupo y, en ocasiones, el novio o la novia. Para el adolescente y el pre-adolescente, los amigos son lo más importante de su vida y ahora se les separa de ellos.
Se sienten desprotegidos. Los cambios siempre suponen un estrés. Están acostumbrados a conocer su terreno, los lugares donde juegan, las personas, las costumbres, la cultura, la casa y el vecindario, generan seguridad y protección. Ahora, todo ese mundo protector conocido cambia con la mudanza.
Reacciones de los niños ante las mudanzas:
Hay algunos niños que se adaptan genial y están encantados de mudarse a vivir a otro sitio, pero no son la mayoria.
El problema más frecuente que se presenta es la dificultad para adaptarse a la nueva escuela o colegio. Los niños necesitarán entre uno y dos meses para sentirse integrados, hacer amistades y familiarizarse con los profesores y los métodos de enseñanza. Generalmente, pasado este tiempo se adaptan. Dependiendo de la situación, incluso esto puede ser beneficioso, ya que hay gente que se cambia de zonas mas deprimidas con con mas problemas a mejores zonas, donde hay mejores colegios..etc.
¿Qué se puede hacer para evitar estos problemas?
Explicarles con claridad las razones de la mudanza, los detalles y todos aquellos aspectos que a los niños (dependiendo de su edad) les pueden preocupar. Escuchar sus puntos de vista y procurar comprenderlos. Esto hay que hacerlo con suficiente antelación para que puedan ir asimilando la nueva situación que se va a dar. Cuando se habla con ellos, hay que hacerlo con sinceridad, no hay que pasar por alto las cosas que sabemos que mas les van a molestar, acentuando también los aspectos positivos. Es mejor no contarles «mentirijillas» ni crearles falsas expectativas, pues perderán la confianza en los padres.
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Hay ciertos aspectos que pueden ayudar, si el niño puede involucrarse en la mudanza, que lo haga. Si es posible que elija su habitación. En cualquier caso, que participe en la elección del color de la pintura, la decoración o la colocación de los muebles de su cuarto. El niño agradecerá que sea éste el primero de los lugares que pongan en orden, con sus cosas. [pullquote style=»right» quote=»dark»]Si no es estrictamente necesario, es mejor no deshacerse de los muebles antiguos de su cuarto para que se sienta más familiarizado y protegido[/pullquote]
En el caso de chicos preadolescentes y adolescentes puede ser conveniente, si ellos quieren, que continúen un tiempo en su actual entorno (en casa de algún amigo o familiar, por ejemplo) hasta que termine el curso, por ejemplo. En general, por motivos escolares, los meses de verano suelen ser los idóneos para realizar la mudanza.
ES muy bueno informarles previamente sobre el nuevo lugar donde van a vivir, el entorno, el nuevo colegio, las instalaciones deportivas etc.
¿Es beneficioso para el niño, a largo plazo?
Una mudanza, si se hace adecuadamente, puede tener a la larga efectos positivos. Por un lado, favorece la comunicación entre los distintos miembros de la familia. Los padres aprenden de los niños, en múltiples facetas. Todo ello estrecha las relaciones y, en definitiva, une a la familia. Por otro lado, si el proceso de la mudanza es
aprovechado por el niño, este madurará como fruto de la experiencia y se hará más independiente y capaz de superar situaciones estresantes.
La mejor forma de hacer una mudanza, es contratarla a una empresa de mudanzas profesional, que harán el proceso mucho mas corto y sencillo.